Después
de una segunda entrega que nos dejó con un buen sabor de boca, It es uno de los
temas de moda por su contenido terrorífico. Con grandes actuaciones, un buen guion y un script impecable, It capítulo 2 nos recordó porqué le temíamos a los payasos de niños . Si ya viste It seguro que has curioseado en artículos y vídeos
sobre datos de la película y la novela. Seguro sabes
que It es una criatura surgida de un lugar llamado “el macrocosmos”, lugar común
de la ficción de Stephen King, y que aterrizó hace millones de años en nuestro
mundo en un lugar que a la postre sería el pueblo de Derry, en uno de los
universos vomitados por Maturin, la tortuga, su opuesto natural. Autonombrado “el
devorador de mundos”, It hibernó al no poderse alimentar de los animales y
esperó a que la humanidad, único animal con miedos irracionales, llegara a
Derry. Ahí aprendió de ellos e ideó formas de asustarlos para devorarlos en un
festín de miedo y carne, adoptando un ciclo de 27 años para alimentarse. Su
ciclo de muerte termina cuando el Club de los Perdedores lo enfrentan en un
duelo de voluntades matándolo definitivamente. En ese duelo muestra su forma final, o algo
parecido ya que al venir del macrocosmos su forma original no puede ser
entendida por el ser humano. Precisamente ese es uno de los reclamos de los
espectadores tanto en estas nuevas entregas -una araña con cara de payaso- y la miniserie de los 90’s -como una especie de cucaracharaña-. La forma final
de It y su enfrentamiento final para muchos es decepcionante pero es que es
casi imposible adaptar los conceptos de la novela con respecto al macrocosmos de Stephen King.
Y
es que reducir la novela de It a una película de un payaso asesino que se come
a los niños es quedarse corto en la descripción de una de las grandes novelas americana
de terror del siglo pasado. It es una novela que habla del miedo hacía lo
desconocido que representa el mundo en la transición niño a adulto y
al dolor que representa crecer. Si, querido espectador, en esta vida no hay
nada más doloroso que crecer. La novela plantea varios temas de índole social,
cultural y sexual que son comunes en el
proceso de desarrollo de todo niño hasta convertirse en adolescente. It es una fuerza desconocida
para los niños que acecha en todo momento haciéndose pasar por sus miedos para
poder devorarlos, pues no sólo se alimenta con su carne sino con su mente también.
Pero haciendo una deconstrucción de lo que significa ese miedo desconocido para
los niños no es otro que el miedo a crecer. Los niños tienen que mantenerse unidos para
vencer a esa fuerza maligna durante un verano en el que empiezan a descubrir que
están creciendo y que las cosas tanto en su cuerpo como lo que
les rodea empieza a cambiar y ellos se niegan a que pase. Descubren su
sexualidad, empiezan a tener sentimientos como amor, a tener
discusiones y a pelear entre ellos
Al
final en un sentido muy amplio, It representa al mundo. Si, amigo lector, el mundo es monstruo
despiadado del que si te descuidas por un momento no dudará en devorarte vivo.
Al final del primer enfrentamiento contra It, todos hacen la promesa de
regresar si el monstruo vuelve a atacar. Sellan su promesa con una especie
de orgía-descubrimiento con Beverly que representa su entrada definitiva y sin
vuelta atrás a la adolescencia. Pero It gana durante muchos años porque al
final todos excepto Mike se van del pueblo y son devorados por el mundo que los
lleva a olvidarse de su niñez y todo lo que vivieron en Derry. Eso es lo que
nos hace el mundo; hace que en pos de lo que se cataloga como éxito
profesional y económico nos olvidemos de lo que fuimos y en donde estuvimos.
Pero nuestro inconsciente todo el tiempo nos lo recuerda en nuestros actos y desiciones. En la novela Bill es un afamado escritor que no encuentra otra forma de sacar el
trauma de la muerte de George aunque no lo recuerde. Beverly es una exitosa
diseñadora de modas que vive sometida a un esposo violento que es idéntico a su
padre aunque tampoco lo recuerde. Ben es un exitoso y guapo arquitecto que a
pesar de tenerlo todo vive en la completa soledad sin poder congeniar con nadie
como en su infancia pues siempre será el chico nuevo. Así sucesivamente todos tienen éxito a costa de olvidar
quienes eran aunque subconsciente esté presente en todas sus diligencias. Por
otro lado, Mike, el único del club de los perdedores que se queda en Derry
representa esa pequeña chispa que vive a veces muy dentro de nosotros y que nos
recuerda en algún momento quienes éramos y de dónde veníamos.
Mike
es el encargado de hablar a todos para recordarles su promesa. Entonces todos
empiezan a recordar lo que vivieron en Derry y todo el miedo que tenían de
separarse y flotar en el mundo. Cuando somos niños y tenemos un grupo de amigos
quisiéramos siempre estar con ellos, hablamos de planes a futuro y hacemos
promesas de nunca separarnos. Pero la vida se encarga de enseñarnos que rara
vez es así, que el proceso de crecer significa dejar cosas atrás por muy
doloroso que sea. La vida nos va poniendo en caminos diferentes y trazando
destinos separados. Cuando los protagonistas regresan a Derry viajan al
interior de su mente y sus recuerdos. Comienzan a encontrar lugares conocidos y
caras familiares, y eso les hace recordar que la promesa que tenían de derrotar
al mal que acecha en el pueblo es más real que nunca. A pesar del miedo que
tienen de volverse a enfrentar a It y a pesar de la opción que tienen de marcharse y
dejar todo atrás nuevamente, deciden enfrentarlo para liberar al pueblo de ese maleficio porque lo consideran correcto, . Es una analogía de cuando nos damos
cuenta que a veces hemos enterrado recuerdos dolorosos que en algún momento nos
afectarán y tenemos que viajar muy profundo dentro de nosotros para enfrentarlos
y evitar que nos sigan dando molestando.
En
la lucha final, el Ritual de Chüd se vuelve imprescindible pues es la lucha
final que tiene el ser humano al crecer. Cuando somos niños creemos en todo,
más que nada en la fantasía con suma inocencia. Luego crecemos y el mundo nos amolda para creer
sólo en lo que podemos ver, oír o tocar. El mundo nos hace creer únicamente
en lo que está permitido creer y olvidamos todo en lo que creíamos podríamos
ser capaces de hacer cuando éramos niños. Pero por sobre todo, nos hace
olvidarnos de los valores, a veces tan inocentes que teníamos cuando éramos
niños. It es una novela sobre la eterna lucha del bien y el mal en el ser
humano porque es la lucha del miedo contra la inocencia. El Ritual de Chüd
representa la batalla dentro de nosotros entre nuestra parte bondadosa de
nuestra parte oscura. Esa parte oscura donde se alojan los miedos, el dolor, los
fracasos, las conductas poco éticas y por otro lado, el lado inocente donde se
alojan nuestras creencias, nuestra fé, y nuestros valores positivos. La batalla
de las voluntades contra It representa que en todo momento, desde que somos
niños hasta que somos viejos está presente esa lucha interna y que depende
siempre de nosotros que parte es mayor.
Cuando
al fin los perdedores vencen a It no representa en sí que ellos han vencido al
mal en su interior por siempre. Representa que han domado a esa parte oscura,
que saben que siempre estará ahí dentro de ellos pero que ya no puede
molestarles. Han domado al miedo, y esa es la analogía perfecta de la novela.
Siempre tendremos esos sentimientos indeseables como el miedo, el odio y el
resentimiento en nosotros dentro de nuestra parte oscura, pero luchar con
voluntad contra ellos no significa eliminarlos, significa entender que es parte
de nosotros, de nuestro pasado, que siempre estarán ahí pero que no pueden
lastimarnos porque nosotros decidimos que hacer con ellos. Los protagonistas de
It tenían la oportunidad de marcharse y volver a enterrar muy profundo en su
mente esos sentimientos, pero eligen enfrentarlos porque algún día podría matarlos. Todos deberíamos enfrentar
nuestros miedos en vez de enterrarlos porque si lo hacemos, en algún momento saldrán
de su fosa y volverán a dominarnos. Cuando se van, después de enfrentar sus
miedos, después de comprender que han crecido, los perdedores cambian sus vidas
y comienzan a hacer lo que les gusta sin volver a tener que olvidar quienes
fueron y a qué temieron. Así como deberíamos hacer todos en algún momento de
nuestra vida.
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